Por Ricardo García Babín. Kapelmuur Worshop Manager.
La bicicleta recibe mucho más estrés sobre un rodillo que montando al aire libre. Al tener el eje trasero, en la mayoría de los casos, fijo a un dispositivo y no a la rueda, las torsiones que padecerá el cuadro pueden provocar ruidos que no estamos acostumbrados a oír. Tampoco te moverás sobre la bici con la libertad con la que lo haces cuando sales fuera. Por lo tanto, aunque la bici no salga a la calle, necesitas seguir cuidándola tanto o más.
Cómo procederemos sobre un rodillo:
1.- Lo primero, asegúrate de tener un rodillo compatible con tu bici. Si no lo es podrías dañar el cuadro y esto no lo cubre la garantía.
2.- Rodillos en los que se quita la rueda: para colocar la bici, pon la cadena en plato pequeño y piñón pequeño. Esto hará que puedas colocar la bicicleta sobre el cassette del rodillo con más facilidad.
3.- Rodillos en los que no se quita la rueda: sencillo, solo tienes que posicionar el eje trasero de la bicicleta en linea con los soportes que tiene el rodillo. Aprieta estos firmemente pero sin pasarte. La bici no va a sufrir daño, pero sí podría sufrirlo el rodillo. Tras hacer esto ajusta la pieza que tiene que estar en contacto con el neumático. Ten tiento, con que no resbale la rueda al dar pedales, es suficiente.
4.- Aunque hayas apretado el eje de tu bici el primer día de entreno, este se irá soltando poco a poco, debido a que se le está forzando a tener la misma posición. Revísalo periódicamente para no dañar las punteras del cuadro, especialmente en bicicletas de eje de 9 mm.
5.- Bicis con disco (en rodillos donde quitamos la rueda): nos ha pasado a todos, finalizamos el entreno y frenamos. No hay nada que parar y hemos frenado sin el disco y los pistones han salido más de la cuenta. Una vez no pasa nada, pero si lo hacemos todos los días, en el peor de los casos uno de los pistones podría salirse del todo de la pinza. Tendríamos en circuito abierto y una fuga considerable de aceite. Si te ha pasado esto guarda la pieza y ven a verme después de limpiar el suelo.
Para prevenir esto puedes poner uno de los bloqueos para pinzas que generalmente se suministran con las bicis. Si no los tienes, puedes introducir un pedazo de cartón entre las pastillas, esto te evitará sustos innecesarios.
6.- Aunque estemos bajo techo y no tengamos la suciedad del terreno ni las inclemencias del tiempo, tendremos que seguir lubricando la cadena, para evitar fatiga de la misma y de los componentes de la transmisión. Os habréis dado cuenta de que debajo de la bici hay pequeñas motas negras, eso es grasa y la cadena necesita recuperarla.
7.- Si cuando pones tu bici en el rodillo no cambia correctamente y emite bastante ruido es porque no está ajustada para las medidas del eje del rodillo. Esto es bastante normal.
Para conseguir el ajuste más correcto posible y de manera muy básica:
-Asegúrate de tener la bicicleta correctamente puesta sobre el rodillo.
-Pon un desarrollo cómodo, con la cadena más o menos por la mitad del cassette y mira el cambio desde atrás. Si ves que la cadena está intentando subir al siguiente piñón es que tienes que soltar algo de cable (transmisión mecánica) o corregir el cambio hacia abajo (grupos electrónicos). Si es al contrario, la cadena quiere bajar. Tendrás que invertir el procedimiento.
8.- Sudor: Sí, el sudor puede dañar la pintura de la bici. Sobra decirlo, pero limpia el sudor de tu bici después de cada entreno.
Con estos cuidados básicos tu bicicleta debería superar sana y salva estos días de aislamiento.
Espero y deseo que tú hagas lo mismo. Que te cuides tanto como lo haces con ella y que el mayor drama sea que tengas que ajustar los cambios. Lo demás lo solucionaremos a la vuelta.
Pero si mientras tanto me necesitas o tienes alguna pregunta aquí estamos para ayudarte.
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Ricardo García Babín. Kapelmuur Workshop Manager.